Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/2332207/0/ultras-sur/pintadas-comercios/marceliano-santa-maria/
"Es su calle y es su
ley. Yo he visto de todo, hasta apuñalar a un caballo de la Policía".
Quién habla así es un veterano comerciante de la calle Marceliano Santa
María, junto al Santiago Bernabéu. Todos los que van al estadio
madridista saben que esta calle tiene un único dueño, Ultras Sur, la
peña más radical del Real Madrid. En esta calle está el mítico bar
'Drakkar', su histórico punto de encuentro. 'El 7 Blanco', 'La
Fontanería' y 'El Sherwood' son también locales de reunión. Bien lo
saben también los comerciantes de esta pequeña calle, que además de las
bengalas, los cánticos, los orines y la basura acumulada de botellas y
vasos que tienen que sufrir los días de partido, ahora deben soportar el
nuevo 'negocio' de los Ultras Sur, o al menos de gente que se hace
pasar por miembros de este grupo radical.
No, no se trata del típico 'merchandising' de los grupos ultras, como
camisetas, bufandas, fotos, o la reventa de entradas. No, los Ultras Sur
'ofrecen' ahora a los comerciantes de la calle decorar sus verjas de
cierre con grafitis del grupo, unos grafitis con firma y copyright que
ahuyentan otro tipo de pintadas que pueden ensuciar sus verjas y
escaparates. A cambio, los ultras aceptan 'ayuda' económica. "Es un
chantaje en toda regla. Juegan con la intimidación. Te dejan caer que
esta opción es mejor que 'alguien' te pinte todos los días tu negocio
hasta que te canses y aceptes su oferta", señala el encargado de uno de
los comercios.
Cinco comerciantes han confirmado a 20minutos que han recibido el
ofrecimiento de este 'servicio' por supuestos miembros de Ultras Sur,
pero han pedido a este diario que no se les identifique para evitar
represalias. Otro comerciante, que ha decidido no ceder al chantaje de
los ultras, ha preferido no hacer declaraciones. "Nosotros tenemos que
pagar unos 400 euros por el grafiti. Estamos a la espera de que nos lo
hagan. La intermediación se hace a través de uno de los bares donde se
reúnen", señala uno de los comerciantes. La calle Marceliano Santamaría,
no muy grande, alberga alrededor de 35 comercios, la mayoría negocios
familiares, aunque hay algún banco y alguna franquicia. "Comercios
pequeños, regentados por familias, y con verja, son los candidatos
idóneos para recibir la visita de los Ultras Sur".
Un grupo dividido
La división reciente que ha vivido el grupo ultra, con una batalla
campal escenificada el pasado 9 de noviembre de 2013 en el bar 'Drakkar'
entre dos facciones del grupo (la vieja guardia contra los jóvenes, más
radicales y violentos e influenciados por el movimiento neonazi
'Outlaw'), no ha sido obstáculo para que algunos de sus miembros hayan
visto nuevas líneas de 'negocio'. Su expulsión del Bernabéu, lo que ha
abierto un enfrentamiento directo con el presidente Florentino Pérez, ha
mermado su capacidad de influencia en el club y sus ingresos
económicos.
De hecho, tras la pelea en el bar 'Drakkar', el juzgado de instrucción
número 3 de Madrid ha dictaminado una orden de alejamiento para seis
miembros de Ultras Sur respecto a la sede de la Peña Veteranos, de la
que forman parte antiguos ultras que ya no forman parte de esta peña
radical. La resolución judicial amenaza con medidas más severas, como la
prisión, si estos seis denunciados incumplen la orden de alejamiento.
La calle Marceliano Santa María, lugar de reunión de los Ultras Sur los
días de partido.
"Hay que subirse al carro porque es más barato. Yo he visto cerrar una
tienda de ultramarinos, un chino y una pequeña tienda de ropas por la
presión de los Ultras Sur. Aquí se junta gente de Fuerza Nueva, Unión
Nacional y Falange", señala un comerciante que parece conocerlos bien.
"Los peores son la gente joven, de entre 14 y 21 años. Creen que esta es
su calle". Otro empresaria asegura que la pintaban el cierre con
simbología nazi y ella borraba las pintadas, la volvían a pintar y ella
volvía a borrar, "supongo que hasta que se cansaron. Luego tuvieron la
desfachatez de invitarme a la inauguración de uno de sus bares". Otra
pequeña tienda aceptó que la decoraran el cierre, aunque prefiere no
decir cuánto pagó.
Otro comerciante que lleva muchos años en el barrio ha decidido cerrar
las tardes que hay partido entre semana, una calle en la que se pueden
juntar 3.000 personas (ver vídeo). "No merece la pena. Lo dejan todo
fatal y te puedan dañar la fachada o los cristales. A mí también me
ofrecieron decorar mi pequeño cierre, pero como ya está hecho una mierda
yo no iba a pagar. El que me lo ofreció, que por cierto iba muy bien
vestido y no parecía un ultra, no volvió a aparecer". Lo que está claro
es que el temor está instalado en la calle y nadie denuncia a la
Policía. "No merece la pena", sentencia la mayoría.
El Centro de Estudios e Iniciativas sobre Discriminación y Violencia
(Ceidiv) publicará en enero el libro 'Odio en las calles' (editorial
Círculo Rojo), que analiza los grupos urbanos y la violencia ultra en el
fútbol. El libro ya documenta las pintadas de los Ultras Sur en la
calle Marceliano Santa María al menos desde el año 2011. Por otro lado,
fuentes policiales de la Jefatura Superior de Madrid han explicado que
no tienen constancia de denuncias de ningún comercio de esa zona y
recuerdan que la nueva ordenanza de convivencia que quiere aprobar el
Ayuntamiento de Madrid sancionará las pintadas de carácter xenófobo o
racista, como las que pueden ser de simbología neonazi. Actualmente,
hacer grafitis en espacios públicos de Madrid, no en comercios privados,
está sancionado con una multa mínima de 1.500 euros.
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