martes, 4 de noviembre de 2014

Reabriendo viejas heridas que nunca estuvieron realmente cerradas.

Cuando es hablando de nuestros muertos en las cunetas, a la derecha eso le parece rebuscar en algo olvidado, para la derecha eso es querer volver a dividir España, que reabrirá viejas heridas ya cicatrizadas y que ambos bandos eran igual de culpables de enfentar a España en una guerra fratricida. Ese argumento de que los dos bandos mataron es una falacia de primer orden.
No se puede comparar el número de víctimas, ni mucho menos la brutalidad con la que se ejerció la represión en cada uno de los bandos, por no decir que los muertos del bando franquista fueron elevados a la posición de mártires en "su lucha por Dios y por España contra la barbarie marxista"Tampoco se puede comparar por lo que cada uno luchaba en esa guerra: Unos luchaban bajo los ideales del nacional-catolicismo y el fascismo contra un gobierno democráticamente elegido, mientras los republicanos luchaban por defender la conquistas sociales y políticas de la República, apoyando al gobierno legítimo del Frente Popular elegido por mayoría apenas unos meses antes.
 


Tras la dura represión en la Guerra Civil, en la posguerra se propuso el acabar con todo vestigio de la lucha obrera y la republicana, que se había transformado en un movimiento enormemente apoyado por todos los sectores de la izquierda. La represión llegó hasta el punto de que muchos militantes obreros y republicanos que sobrevivieron pasaron a estar discriminados laboral y socialmente, siendo parias en una sociedad fascista y retrógrada por el simple hecho de de haber luchado por acabar con las injusticias que veían día a día, y en muchas ocasiones esta acción se llevó a cabo contra las familias de los represaliados: hijos huérfanos adoctrinados en el franquismo contra la causa de sus padres, familias de republicanos que obligados a vivir de la caridad de sus propios verdugos y un largo etcétera de despropósitos criminales contra más de media España.
El Partido Comunista, las Juventudes Socialistas Unificadas, la CNT, la UGT, el PSOE, Izquierda Republicana, Partido Radical Socialista e incluso los masones fueron injustamente juzgados en juicios sin garantía alguna a castigos que aseguraban, en el caso de sobrevivir, un destino aciago.
Mientras unos muertos del fascismo sean homenajeados de esa manera, y los muertos de la libertad y la democracia sigan enterrados, jamás herida alguna cicatrizará, y menos mientras las relaciones de poder no cambien, porque nos guste o no, aquí llevan mandando los mismos desde el 39. Mientras que los herederos del franquismo (que son quienes ahora nos recortan en sanidad y educación, quienes piden bajar los sueldos de los trabajadores y quienes intentaban hacer que la mujer no tuviera derecho a decidir sobre su propio cuerpo) tengan el poder para exprimir sin compasión a los herederos de la República, es imposible que dicha herida tan honda cicatrice, porque nunca se ha dejado de meter el dedo en ella. Si la herida está sólo cerrada para los vencedores, que además eran -y son- una minoría social, no puede hablarse de que España haya superado eso, porque hoy día hacer justicia contra los atropellos de la dictadura y el fascismo, es reivindicar esos valores contra los que mandan, contra los que siempre han hecho lo imposible para que las cosas no cambien y no se altere el estado actual de las cosas.

Seguimos luchando por la República, por una república pero no vacía, una república con contenido de clase y de principios democráticos, internacionalista, revolucionaria, que respeto a los pueblos que la integren, que sea justa y solidaria... y también que recupere la memoria de los demócratas que descansan en fosas comunes asesinados por el fascismo en estas tierras. Que no se pierda la memoria histórica ¡Y a a por la Tercera!
 
 
 
 

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