jueves, 10 de abril de 2014

"Pido justicia por la muerte de mi hijo en la mina"

Manuel Moure recorre a pie la distancia entre Ciñera y León para pedir justicia ante los Juzgados por su hijo y los cinco compañeros que murieron en el pozo Emilio.

No hay palabras de consuelo para un padre ante la pérdida de un hijo. No hay respuestas que valgan y que puedan calmar el dolor y el vacío que el pasado 28 de octubre dejó Manuel Moure en su familia tras ser una de las seis víctimas del trágico accidente minero del pozo Emilio en la Hullera Vasco Leonesa.

Este jueves, su padre, Manuel Moure, se ha teñido la cara del negro carbón y se ha vuelto a calzar el mono, el casco y las botas de faena de su hijo para cumplir con la promesa que un día, tras la tragedia, le hizo: recorrer a pie la distancia que separa Ciñera de León.

Un recorrido en el que ha estado arropado por su sobrino que ha acompañado a esta padre que hoy más que nunca luce con “orgullo” la ropa de su hijo. “Me pongo con mucho orgullo su ropa el hubieses ello lo mismo por mí. Pero esto no es sólo por mi hijo es también por sus cinco compañeros, por todos ellos”.


 

“Se hubiera evitado desde el primer segundo”

Con la imagen de su hijo colgada al cuello, Moure ha querido además darle un carácter reivindicativo a esta promesa. Cuando se cumplen casi seis meses del accidente, el silencio es la única respuesta que encuentran las familias de las seis víctimas del accidente del pozo Emilio.

Un silencio hiriente, asfixiante, más aún cuando según, reiteran, el accidente se podía haber evitado “desde el primer segundo porque se sabía que ese macizó tenía problemas. Cada día salían un par de veces corriendo para luego volver a entrar. Estaba claro que la desgracia un día iba a teñir ese pozo”.

Accidente que además, según Manuel, podía haber sido mucho más grave. “Podía haber ocurrido una hecatombe. Todos lo sabían pero nadie dijo ni hizo nada y ahora seis personas están muertas”, lamenta un padre que asegura estar viviendo una pesadilla.

“Fuera los responsables”

Por ello, este jueves Manuel ha roto su silencio para reclamar a las puertas de los Juzgados de la capital justicia para su hijo y sus cinco compañeros. Con una tímida pancarta y arropado por algún familiar y amigo, ha exigido a la empresa que asuma de una vez por todas responsabilidades del accidente.

“Los responsables no deberían de estar en sus cargos. No ha habido ni una sola dimisión ni despidos desde el accidente y la realidad es que los responsables están allí a cargo de estas personas cuando se entienden que si no saben funcionar no deberían de estar apartadas de su cargo. Si yo atropello a una persona, me retiran el carné. Esto debería ser lo mismo”.

Ni un solo movimiento en el seno de la dirección de la Hullera Vasco Leonesa que aún no se ha puesto en contacto con las familias de los fallecidos. “No sabemos nada de la empresa ni una triste llamada, ni una triste llamada de la Hulerra. “Quién entiende esto en España, un país tan moderno”. 

Dolor que imborrable

Justicia por seis personas, por seis familias que vieron como la vida se les detenía en la mañana gris del pasado de 28 de octubre. Un día negro que abrió una herida imborrable para Manuel que busca sin encontrar palabras que un día le expliquen a su nieta porqué su padre no le ha visto crecer.

“Cada vez lo llevamos peor. Al principio nos daba la sensación de que estaba allí, que iba a aparecer con su coche. Después nos invadió un silencio pero ahora es cuándo realmente empiezas a ser conscientes de que no está. Ya no está. Fatal. Los estamos pasando fatal”.

Un padre, un minero que hoy en silencio ha clamado con más fuerza que nunca justicia para Manuel Moure, Antonio Blanco, Orlando González, Carlos Pérez, José Luis Arias y Roberto Álvarez, seis hombres a los que la mina las arrebató la vida.



Manuel Moure se ha puesto el traje de faena de su hijo para cumplir una promesa.





STOP TERRORISMO PATRONAL !




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