jueves, 30 de marzo de 2017

Los principales grupos neonazis que operan en Madrid.

Juventudes Canillejas

Juventudes de Canillejas surgió en La Vieja Escuela,un gimnasio del distrito. Al frente de este grupo está Alberto Ayala de Cantalicio (en la imagen), de 43 años, un sujeto considerado extremadamente violento por la Policía. Implicado en agresiones a rumanos, en su historial delictivo figuran también los delitos de atentado, lesiones, contra las personas y derechos fundamentales. También estuvo al frente de Combat España, el considerado en su día el grupo neonazi más peligroso. Pretendía hacer renacer de sus cenizas a las Bases Autónomas, que protagonizó numerosos altercados en los 80.

Outlaw

Antonio Menéndez Mories, «El Niño», es el cabecilla de este grupo que creó a su imagen y semejanza tras protagonizar una guerra sin cuartel con Álvaro Cadenas para controlar los Ultras Sur. Fue a finales de 2013. Este neonazi de 33 años y sus secuaces, entre los que figura su lugarteniente, «Javi el Bombero», se han especializado en la delincuencia común y en vuelcos de droga (robos en casas de narcos), y a manejar las ganancias del antiguo bar Drakkar. Todo el dinero es poco para el elevado tren de vida al que están acostumbrados.

Skin Retiro

Encabezan la actividad delictiva vinculada a la ultraderecha y son su rostro más violento y activo desde hace año y medio en el que pugan por hacerse con el control del barrio. Skin Retiro, conocido como Distrito 33 y liderado por Christian Calzada Martínez, ha protagonizado numerosos altercados en su zona, además de en Salamanca, Chamartín y Centro. En marzo de 2016 la Policía detuvo a 16 de sus miembros por delitos de odio. Se les acusaba de más de 40 delitos (amenazas, coacciones, lesiones...). Dos de ellos estaban implicados en el apuñalamiento de un «antifa» en San Sebastián de los Reyes. Sus integrantes son muy jóvenes.

Hogar Social Madrid

Es el grupo más visible y nutrido de la nueva camada de neonazis. Han supuesto un revulsivo y aglutinan a unos 200 simpatizantes. Con su disfraz de «okupas» (llevan ya cinco) y de ayuda social, copiando el modelo de la ultraizquierda, venden su discurso fascista y xenófobo de ayuda social. Prueba de ello es el reparto de comida «solo a los nacionales» y sus ataques constantes a los inmigrantes. A su líder, Melisa Domínguez, y a otros miembros del grupo se les investiga por un delito de odio por atacar con bengalas y botes de humo la Mezquita de la M-30 tras los atentados de Bélgica el 22 de marzo de 2016.

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