miércoles, 15 de febrero de 2017

LA SELECCIÓN REPUBLICANA Y EL MUNDIAL DE 1934.

Corría 1934 y la selección asistía por primera vez a un mundial. El equipo lo conformaban Ricardo Zamora bajo los palos, Ramón Zabalo, Ciriaco Errasti y Quincoces en defensa.  Lafuente, Martín Marculeta, Leonardo Cilaurren y José Muguerza dominando el centro del campo y Martín Ventolrá, Regueiro, Lecue, Chacho, Crisanto Bosch, Guillermo Gorostiza e Isidro Lángara, incansables anotadores de la época, en la delantera.

Partido clasificación para el mundial Italia 1934. España ganó a Portugal por 9-0 en el estadio de chamberí.

A la cabeza como entrenador estaba Amadeo García Salazar. Prestigioso médico vitoriano conocido por ser el principal impulsor del Deportivo Alavés y también por participar en los movimientos nacionalistas vascos que sucedían en Vitoria.

De una u otra forma, jugadores y entrenador eran conscientes de la convulsa situación política de la época. Las diferencias ideológicas entre ellos se dejaron apartadas durante el mundial. Un gesto de deportividad y compromiso con el equipo y el país que intentaron trasladar al pueblo.

Como ironía de la historia, caímos eliminados por Italia en cuartos de final. La Azzura, con un juego brusco y gracias a un arbitraje más que cuestionable, lesionó a 7 jugadores españoles. Incluído Zamora con dos costillas rotas. El partido terminaría con 1-0 a favor de los italianos. La sospecha de amaño por parte del gobierno de Mussolini apareció en los medios. Bautizaron el día como “La batalla de Florencia”. Iniciando para siempre la rivalidad entre las dos escuadras.

Previamente, la selección republicana había eliminado a Brasil en octavos de final.

FUTBOLISTAS CON VALORES

Dos años después de volver del mundial estalló la guerra y los jugadores tuvieron que posicionarse. La mayoría de los seleccionados provenían de familias acomodadas o clubs deportivos elitistas por lo que a muchos no les costó esconderse y volver a jugar a fútbol tras la guerra. Los más veteranos se hicieron entrenadores. Los años 20 y 30 fueron muy fructíferos para el mercado de fichajes. El Real Madrid, el RCD Español, el Atlético de Madrid, el FC Barcelona o el Athletic de Bilbao entre otros, nutrieron de estrellas al combinado republicano y nacional indistintamente.

Pero también podemos encontrar jugadores comprometidos. Héroes, anónimos hoy en día, cuyas hazañas merece la pena recordar. Pasaron a la madurez muy lejos de sus clubs de origen.

Deportistas carismáticos como Martí Vetfolrçà, delantero catalán rudo, rápido y con un tiro certecero. Que amenazó con la huelga de jugadores si el Real Madrid no era incluído en el campeonato de Cataluña mientras duraba la guerra. Lo decía así en un comunicado;

“No podemos olvidar los deportistas catalanes, y mucho menos los profesionales del fútbol, que bajo la gloriosa bandera de las cuatro barras catalanas y con el nombre del malogrado José Sunyol, un batallón de deportistas madrileños ha demostrado sobradamente su compenetración y cariño a nuestra querida Cataluña”


Los equipos regionales apoyaron la propuesta. Pero el FC Barcelona, dirigido por la oligarquía catalana de entonces, se opuso rotundamente pese a que Martí lo intentó hasta la caída del gobierno en 1939 bajo las tropas franquistas.

LA SELECCIÓN DE EUZKADI

Otro ejemplo curioso fue el de la selección de Euzkadi (sí, con z) El Gobierno Vasco, asediado por las bombas y preocupado por el futuro de su autonomía, pensó que sería de utilidad organizar partidos amistosos por todo Europa. Con el objetivo de recaudar dinero para los niños de la guerra y defender a la república.

En el combinado vasco se juntaron varios de los anteriormente convocados con la selección republicana de 1934. Luis Regueiro (junto a su hermano y también jugador) o Leonardo Cillaurren. La selección vasca se impuso con gran juego en todos los partidos que jugó logrando éxito de asistencia. Sin embargo, no fue suficiente. En el exilio se enteraron del bombardeo de Guernica así como la caída de Bilbao. El equipo se disolvió al terminar la guerra y los jugadores siguieron sus carreras deportivas en equipos en Francia o Latinoamérica. Algunos se pasaron a entrenadores y muchos no volverían a España hasta pasada la dictadura.

La guerra truncó para siempre las esperanzas de una selección, la republicana, que podría haber aportado grandes logros al fútbol Español. Esta en nuestras manos revindicar un fútbol con valores y luchar para que los comportamientos xenófobos o racistas desaparezcan para siempre del terreno de juego.

#OtroFútbolEsPosible 

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