martes, 3 de marzo de 2015

Condenados 3 nazis a prisión.

Le dieron una brutal paliza a una persona por el simple hecho de ser de otra raza
Hay un hecho que mucha gente ignora, pero eso no significa que no exista, y es la violencia fascista, el ataque hacia personas de diferente raza, orientación sexual o simplemente de diferente ideología.




El Juzgado de Almería ha condenado a tres jóvenes neonazis por delitos de lesiones y tenencia ilícita de armas. En mayo de 2011, vestidos con sus características ropas paramilitares y símbolos fascistas, abordaron a una persona de color y le apropinaron una paliza en Las Norias de El Ejido (Almería) solamente por el color de su piel.
Según consta, estos tres jóvenes que no poseían antecedentes penales derribaron a su víctima con un palo desde el vehículo y después se bajaron los tres, se taparon el rostro con un pasamontañas y con sus botas de punta de acero comenzaron a propinarle fuertes patadas.
Estos individuos no pararon en su ataque hasta que una persona, viendo lo que ocurría decidió alertar a la Guardia Civil, en ese momento los acusados, al verse sorprendidos decidieron abandonar el lugar donde habían cometido tal acto de barbaridad y repugnancia en sus respectivos vehículos, aunque no les sirvió demasiado, pues fueron detenidos en las inmediaciones.
La persona que sufrió el ataque ha mostrado estar conforme con la sentencia, cabe decir que sufrió heridas y daños en el cuello, brazo y tórax, que tardaron aproximadamente dos semanas en sanar. El fallo dictado por el juez deja ver que la petición de penas realizada por el Ministerio Fiscal: "Es bastante prudente atendiendo a la gravedad de los hechos enjuiciados".
Ahora solo nos toca meditar si tres años de cárcel será suficiente, o si esta gente volverá a las andadas cuando salga de ella, porque si una cosa está clara es que el fascismo aún sigue muy presente en las calles de nuestras ciudades, y esto es algo muy peligroso, pues son bandas que al igual que grupos terroristas como ISIS, también se dedican a atraer mediante propaganda a los más jóvenes para su posterior reclutamiento, y mientras el gobierno y la sociedad en general siga tapándose los ojos con este problema, muy difícilmente desaparecerá.




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