sábado, 3 de enero de 2015

Eduardo Galeano: “La estructura de poder del fútbol es la monarquía más secreta del mundo”.

“Hay dictaduras visibles e invisibles. La estructura de poder del fútbol en el mundo es monárquica. Es la monarquía más secreta del mundo: nadie sabe de los secretos de la FIFA, cerrados a siete llaves. Los dirigentes viven en un castillo muy bien resguardado”, señaló Eduardo Galeano en entrevista al diario O Estado de Sao Paulo.
Sin embargo, en el mismo medio, el escritor enfatizó que “los niños no tienen la finalidad de la victoria, quieren apenas divertirse. Por eso, cuando surgen excepciones, como Messi y Neymar, son, entonces ellos para mí unosverdaderos milagros“
En su libro publicado en 2010,“El fútbol a sol y sombra”, el autor de “Las venas abiertas de América Latina”, analiza en profundidad los mitos e historias del deporte que hoy se celebra con la copa del mundo en Brasil 2014.
                                                 
 
Galeano no sólo relata una historia, sino que pone en evidencia la contradicción de muchos, que disfrutan del deporte pero el negocio y el lucro detrás de el parece nublar la fiesta emocional que genera la pasión del fútbol. Cuenta, entre otras cosas, el origen de clubes al alero de organizaciones comunistas, socialistas y anarquistas.
“¿En qué se parece el fútbol a Dios? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales.”, agrega Galeano.
Les dejamos un extracto del libro, que pareciera responder al debate que hoy por hoy ronda al mundial de Brasil, entre la protesta y el goce:
El desprecio de muchos intelectuales conservadores se funda en la certeza de que la idolatría de la pelota es la superstición que el pueblo merece. Poseída por el fútbol, la plebe piensa con los pies, que es lo suyo, y en ese goce subalterno se realiza. El instinto animal se impone a la razón humana, la ignorancia aplasta a la Cultura, y así la chusma tiene lo que quiere.
En cambio, muchos intelectuales de izquierda descalifican al fútbol porque castra a las masas y desvía su energía revolucionaria. Pan y circo, circo sin pan: hipnotizados por la pelota, que ejerce una perversa fascinación, los obreros atrofian su conciencia y se dejan llevar como un rebaño por sus enemigos de clase.
Cuando el fútbol dejó de ser cosas de ingleses y de ricos, en el Río de la Plata nacieron los primeros clubes populares, organizados en los talleres de los ferrocarriles y en los astilleros de los puertos. En aquel entonces, algunos dirigentes anarquistas y socialistas denunciaron esta maquinación de la burguesía destinada a evitar las huelgas y enmascarar las contradicciones sociales. La difusión del fútbol en el mundo era el resultado de una maniobra imperialista para mantener en la edad infantil a los pueblos oprimidos.
Sin embargo, el club Argentinos Juniors nació llamándose Mártires de Chicago, en homenaje a los obreros anarquistas ahorcados un primero de mayo, y fue un primero de mayo el día elegido para dar nacimiento al club Chacarita, bautizado en una biblioteca anarquista de Buenos Aires. En aquellos primeros años del siglo, no faltaron intelectuales de izquierda que celebraron al fútbol en lugar de repudiarlo como anestesia de la conciencia. Entre ellos, el marxista y comunista italiano Antonio Gramsci, que elogió “este reino de la lealtad humana ejercida al aire libre”.
 
 

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