Rubén Ruiz fue un comunista vizcaino, hijo de La Pasionaria, con una trayectoria ejemplar y consecuente hasta el final de su corta pero intensa vida, tras el aplastamiento de la gloriosa Revolución de Asturias, y con tan sólo 15 años, tuvo que exiliarse en la URSS por su militancia política y la de toda su familia para evitar caer en las garras de la represión, pero en el 36 al estallar la guerra civil se alista voluntario para volver a combatir en España, formando parte de una unidad de exploradores que actuaban en la vanguardia, posteriormente participaría en la legendaria batalla del Ebro, y acabaría finalmente recluido en un campo de concentración en Francia del que logra fugarse para regresar de nuevo a la URSS. Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial de la que España fue el primer ensayo, Rubén participará al mando de una unidad de ametralladoras en el frente de Bielorrusia, donde cae herido y es condecorado personalmente por Kalinin con la Orden de la Bandera Roja por su valor en el combate, tras una breve e incompleta recuperación pide volver a combatir, y se traslada a Stalingrado, donde cae nuevamente herido tras participar en combates callejeros cuerpo a cuerpo, falleciendo finalmente en 1942 con tan solo 22 años de edad.
Queda claro que con semejante biografía era el candidato perfecto para nombrar a esta Brigada en estos tiempos en que el capitalismo en su fase imperialista de descomposición vuelve a utilizar a sus perros fascistas fomentando el nacionalismo, la división entre los pueblos y la guerra permanente a escala mundial para mantener sus beneficios intactos.
Pero como decía Miguel Hernández...¨Vencedores seremos, porque somos titanes sonriendo a las balas y gritando: ADELANTE!!¨

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